miércoles, 29 de junio de 2011

DESEO... MIS SUEÑOS.

No se como fui tan cobarde, por que nunca se me ocurrió decirte a la cara lo que sentía, seguramente ahora no estaría como estoy, hecha en mil pedazos por una persona la cual no merece la pena.
Recuerdo el día q te conocí, me encantó tu sonrisa, tu forma de expresarte, tu mirada…
Se que yo también te atraía aunque gracias a mi forma de actuar, y hacer las cosas sin pensar nunca llegamos a nada.

Nuestra relación cambió pero nunca mis sentimientos, me moría por verte, por hablar contigo, por arreglar lo que mal empecé…
Pero nada de eso pasó...
Pasó el tiempo y alguien se cruzó en mi camino, era tan dulce, tan tierno, era como un niño, el cual necesitaba todo mi amor, ya que nunca lo tuvo…Y yo se lo entregué…le di todo…lo amé como nunca había amado a nadie…pero ese niño creció y empezó a demostrarme día a día que ya no me necesitaba, me despreció, me dejó hundida y sola, pero aun así seguía amándolo con todo mi corazón…
Todas las noches en la soledad de mi habitación me preguntaba una y mil veces, que nos había pasado, que en que momento dejó de necesitarme y lloraba desconsolada hasta que el sueño me vencía…
No se como, en mis sueños volviste a aparecer…soñaba con esa historia que nunca llegamos a vivir…soñaba con tu sonrisa, con tus besos, con tus caricias…
No quería despertar…tu me hacías olvidar todo ese dolor que sentía dentro de mi.
La noche terminaba y llegaba el día y aunque seguía pensando en él, ya no era igual, por que entre esos pensamientos se colaban imágenes de mis sueños y me hacían sonreír…
No dejaba de pensar que tu eras el único que me haría olvidarlo pero sigo siendo la misma cobarde de siempre y lo único que deseo en este momento es que llegue la noche para seguir viviendo nuestra historia.

miércoles, 8 de junio de 2011

Nuestra última noche.

Sentía un ferviente deseo de besar sus labios, en la penumbra de la noche la luna se reflejaba en sus ojos, los cuales brillaban de emoción; todo mi ser pedía a gritos que me abrazara, y yo intuía que él también lo deseaba, hizo el intento pero no tuvo valor, le sujeté las manos y le pedí que lo hiciera, comenzó a acariciar mi cuerpo, mientras yo temblaba con tan solo sentir su calor y me abrazó, mi corazón comenzó a acelerarse, no quería que ese momento acabara nunca, sentía que en cualquier momento todo acabaría y nunca más volvería a sentir ese calor, esas manos que deseaban llegar más lejos, pero todo había acabado y tanto uno como el otro sabíamos que eso nunca ocurriría.

Me aparté de él e intentó decirme algo, no le dejé, comencé a acariciar sus labios y mirándole a los ojos no pude resistirme más y le besé.
Mientras lo besaba pensaba que en que momento habíamos llegado a ese punto, no comprendía como dos personas que se amaban de esa manera habían llegado tan lejos.
Quería llorar y la vez reír, pero no quería que él pensara que era débil, y me resistí.

Todo acabó, yo me alejaba; por última vez escuché esa voz, pronunciaba mi nombre; pero ya era demasiado tarde, seguí caminando sin detenerme…
Sabía que no iba a dejarme marchar así y comencé a aminorar mis pasos, me sujetó por el brazo y sentí como mi cuerpo se estremecía, me giré, y volví a encontrarme con esos ojos que me miraban fijamente, no me dijo nada, su mirada lo decía todo, le pedí que me dejara marchar, pero me sujetaba firmemente.

Bajé la mirada, mis emociones estaban a flor de piel y no iba poder resistirme por mucho tiempo. Volví a mirarlo; y vi como una lágrima recorría su mejilla; le dije que no se preocupara que pronto todo estaría olvidado, que la distancia hace el olvido, y que era lo mejor para los dos. Sin pronunciar palabra se acercó a mí y me besó.
Me di la vuelta y me marché, dejé de resistirme y comencé a llorar desconsolada, había perdido lo único que me importaba, mi razón de ser, MI VIDA…

martes, 7 de junio de 2011

Te necesito tanto...

En las noches frías te pienso, te extraño, te siento... tan lejos de mi.

Se que me diste por cada beso, un sufrimiento, mil lágrimas, un llanto…  pero aun así hoy daría mi vida por yacer junto a ti, sintiendo tu respiración sobre mi piel, escuchando el latido de tu corazón.

Intento de engañarme pero mi corazón late fuerte al verte, al escuchar tu voz… esa voz que retumba día y noche en mi cabeza diciéndome: te quiero, nunca he querido a nadie como a ti. Y se que es cierto, y aunque no te portaste lo bien que debieras, se que me amabas, que morías por mi, y me duele pensar que ya no es así, que ya no ocupo lugar en tu corazón. Me mata el tan solo pensar que algún día otra ocupará mi lugar y mientras yo seguiré haciendo trampas, intentando pensar que otro me llenará como tú lo hiciste en su día…